Fundada el 8 de noviembre de 2005, la puesta en marcha de Anarchist Studies Network supuso el descubrimiento de toda una red de académicos, estudiantes e investigadores independientes dedicados al exhaustivo estudio del anarquismo. La sorpresa de sus creadores fue mayúscula al comprobar que esa red no sólo se extendía por los países anglosajones sino que comenzaba a expandirse por todos los continentes
Periodico CNT nº364 Febrero 2010
http://www.cnt-ait.tv/d/1092-2/cnt_364_web.pdf
(pags. 17,18, 22 y 23 del pdf)
Pedro G.G.*
*Afiliado a al Sindicato de Enseñanza e Intervención Social de Madrid (CNT-SEIS).
Y es que ese espíritu global ya quedó recogido en los tres puntos principales que inspiraron su fundación. ASN busca:
1. Aprovechar el renovado interés por el pensamiento anarquista, facilitar y promover el estudio del anarquismo como teoría política moderna y como práctica, a través de las disciplinas científicas, tanto dentro como fuera de la esfera académica oficial.
2. Proporcionar un foro interdisciplinario que reúna a estudiantes de postgrado, académicos profesionales e
investigadores independientes de todo el mundo.
3. Proporcionar una plataforma para la promoción del anarquismo como un paradigma, fundamental, analítico, conceptual, pedagógico y viable para el siglo XXI. En esta ocasión entrevistamos a los tres creadores afincados en Reino Unido: La Dra. Ruth Kinna, que es Profesora Titular de Teoría Política Moderna en el Departamento de Política, Relaciones Internacionales y Estudios Europeos de la Universidad de Loughborough; El Dr. Alex Prichard, que es Investigador Posdoctoral en el Departamento de Estudios Europeos y Lenguas Modernas de la Universidad de Bath; y, por último, el Dr. Dave Berry, que es Profesor Titular de Historia Contemporánea francesa y europea, en el mismo departamento que la Dra. Ruth Kinna.
– Para empezar, ¿cuándo y por qué decidisteis crear ASN?, ¿cuántos miembros tenéis y a qué se dedican?
RK: El impulso para la creación de ASN vino de Alex Prichard; él fue quien se hizo plenamente consciente del aislamiento de los postgraduados que estaban llevando a cabo alguna investigación sobre anarquismo. La red existe formalmente como un grupo especialista de la Political Studies Association (PSA) de Reino Unido y Alex tomó la iniciativa en la redacción de la propuesta, en la negociación con la PSA y en que se garantizara la financiación. Tuvimos una reunión en Loughborough cuando se creó el grupo y discutimos sobre lo que podría hacerse, cómo podríamos tomar decisiones sobre la financiación y cómo se podría dar a conocer la existencia de la red. Dimitri Kleiner nos ayudó enormemente porque él fue quien creó la wiki y la lista de Anarchist Studies Network, que se ha convertido en un importante foro de contactos y debates.
La membresía incluye a personas de diversos orígenes –estudiantes, profesores universitarios e investigadores independientes y activistas.
AP: Tenemos 197 «miembros». Un miembro es una persona que se suscribe a la lista de correo electrónico de ASN. Por el contrario, la lista de los Anarquistas Académicos no afiliados tiene 500 miembros (creo). Hay miembros en los EEUU, en Sudamérica, Sudáfrica, Reino Unido, en todo el continente europeo, en Australia y en Asia. Yo diría que la mayoría son universitarios o estudiantes de postgrado, con una pequeña minoría de activistas y escritores independientes interesados en nosotros. Algunos juegan un papel más activo que otros aunque el día a día del funcionamiento del grupo está hecho por mí. Me pongo en contacto con la PSA, solicito el dinero, coordino las posibles ofertas de financiación, ayudo a organizar conferencias y talleres, pago los cheques a las personas cuando solicitan financiación para apoyar sus eventos y colaboro en la producción de breves noticiarios para los boletines de la British Political Studies Association.
Nuestra financiación proviene de la PSA. Llegamos a las 1500 libras por año de la PSA y recibimos otras 2000 libras para una conferencia reciente en Nottingham sobre las intersecciones entre anarquismo y marxismo que, por cierto, fue un gran éxito. El año pasado tuvimos una conferencia general sobre anarquismo en Loughborough que atrajo 75 trabajos y a otros 75 participantes. Los miembros también han llevado a cabo eventos independientes sobre temas como anarquismo y sexualidad, la organización anarquista y cosas de ese tipo. En total, yo diría que en los últimos 5 años hemos conseguido un presupuesto de alrededor de 30.000 libras en total. Esto incluye el presupuesto de las dos grandes conferencias que pusimos en marcha.
La PSA obtiene su dinero de las cuotas de afiliación, de las ventas de su revista y de su conferencia que tiene lugar anualmente. No hay financiación estatal directa o indirecta del grupo. La PSA nos ha pedido recientemente que elaboremos una constitución y una lista de miembros oficiales. Sospecho que estas medidas son producto de nuestras actividades y de ahí que quieran saber quiénes somos y qué hacemos, y ¡¡también quieren ser capaces de machacarnos si nos pasamos y metemos la pata!! Esto es un problema real para nosotros y nos reuniremos para discutir cómo redactar la constitución y qué hacer sobre eso de cobrar a la gente por unirse a un grupo de investigación. También tenemos que tener estrategias colectivas para resistir a la más amplia neo-liberalización de la universidad y a la creciente precarización de la vida académica. Pero esto es algo que vamos a discutir en nuestra próxima reunión.
Nuestras principales actividades están destinadas a construir una comunidad de eruditos. Es un objetivo modesto, pero uno que nos ha dado mucho éxito. Lo que los académicos hacen en su tiempo libre, fuera de su vida académica, no es del interés de ASN. Hay un montón de grupos por ahí para que la gente se les unan (incluyendo sus sindicatos), y de ahí que nuestras actividades sean casi 100% académicas. Sin embargo, “saber es poder” y la creación de este cuerpo de conocimientos es vital para la vida intelectual del
movimiento. No estoy diciendo que el trabajo académico deba sustituir a cualquier otro tipo de escritura anarquista, sino tan sólo que el trabajo académico es importante, y que el apoyo a los profesores universitarios ofreciéndoles buen material anarquista académico para enseñar, sólo puede ser una buena cosa. Nuestro reto es ser capaces de llegar más allá de la academia.
DB: ASN se estableció básicamente para hacer dos cosas: crear y fomentar los vínculos entre el creciente número de personas que realizan alguna investigación sobre el anarquismo (sean estudiantes o profesores universitarios o no); y, basándose en eso, promover la investigación en esta área y ayudar a difundir los resultados. Un grupo de nosotros (profesores y estudiantes de investigación de postgrado) del Departamento de Política de la Universidad de Loughborough que estaban trabajando en diversos aspectos de la historia, la política y la teoría anarquista estaba dispuesto a elevar el perfil de la investigación sobre el anarquismo –porque, sin querer ser paranoico, sigue siendo difícil conseguir trabajo académico (es decir, debidamente investigado) sobre el anarquismo tomado en serio en el sistema educativo de Gran Bretaña.
Por lo tanto, sostengo que algunas de las críticas que se han dirigido a ASN se han basado realmente en un malentendido sobre la finalidad del grupo: se nos ha confundido con una organización anarquista de campaña. Cuando, de hecho, esta nunca iba a ser su función –ya hay un montón de organizaciones anarquistas de este tipo en el país y no veo por qué querríamos dividirnos más o duplicarnos.
– Muy relacionado con lo anterior: ¿crear algo como ASN no supone por un lado revitalizar el estudio del anarquismo y por el otro convertirlo en un objeto pasivo de fría disección académica?
RK: En la primera reunión de ASN fue discutido el problema de convertir el anarquismo en un tema de estudio: inicialmente, la red se llamó Grupo Especialista para el Estudio del Anarquismo –y en respuesta a las críticas se le cambió el nombre. Nunca hubo intención de presentar al anarquismo como un objeto de disección académica- a pesar de que aceptáramos que el primer nombre alentaba sin querer este punto de vista. Tampoco, sin embargo, hubo una preocupación por revitalizar el anarquismo: mi opinión es que la idea de “revitalización” es profundamente problemática. Parece implicar un deseo de insuflar vida nuevamente dentro de algo que está muerto, para volver a un estado anterior o a un momento de éxito. No entiendo el anarquismo en esos términos, aunque obviamente soy consciente de que se caracteriza como un movimiento variable dentro la historia: las fechas de 1939 y 1968, por lo tanto, son clave en el estudio del anarquismo.
Pero al ver el anarquismo sólo de esta manera se deja de lado lo extenso de las corrientes de las ideas anarquistas que se hacen interminables en diferentes lugares y de diferentes maneras. Por supuesto, no estoy subestimando la importancia de los movimientos particulares o de la conveniencia y el propósito de fomentar el pensamiento anarquista. En este sentido, creo que los debates sobre el anarquismo –incluso en los que podría descartarse el anarquismo como “estudio pasivo”- son valiosos. A menos que supongamos que el anarquismo sea algo instintivo o, por ejemplo, que la historia sea algo irrelevante, pensar y escribir acerca del anarquismo forma parte de un proceso de actuar políticamente. Sin embargo, esto no quiere decir que el estudio del anarquismo pueda revitalizarlo: semejante afirmación o proyecto, me parece absurdo y erróneo.
AP: El simple acto de levantar la vista hacia el anarquismo nunca es un ejercicio neutral o pasivo. Críticos y partidarios del anarquismo por igual formarán lo que ven cuando te digan lo que están viendo. El anarquismo no es una “cosa”, no es un objeto, es una experiencia vivida incrustada en su propia historia. Si presumimos saber lo que es el anarquismo, lo reducimos a unas pocas “cosas” o “ideas”, o restringimos la lectura de su historia, siempre será un cadáver muerto listo para disección. Pero si permitimos que el anarquismo viva, en nuestra imaginación y en la historia, si respetamos su pluralidad y heterogeneidad, entonces nunca agotaremos nuestro conocimiento sobre él y siempre cambiará y mutará con los tiempos y en respuesta a nuestras necesidades individuales y colectivas. No hay “anarquismo”, hay muchos anarquismos y sabemos muy poco acerca de ellos. El problema con el post-anarquismo, por ejemplo, es que presume saber lo que el anarquismo era y, por lo tanto, lo que significa ir más allá de él. Esta es una actitud triste y presuntuosa que se lleva a la historia del pensamiento.
Llevar la complejidad y la pluralidad del anarquismo a la atención de las personas (y también a la de los anarquistas) es vital. En tanto hagamos esto, nuestro entendimiento del anarquismo evolucionará y en lo que pueda convertirse también evolucionará porque nuestras necesidades actuales no son las del pasado.
DB: Estoy de acuerdo con Ruth en que realmente no es una cuestión de ASN querer “revitalizar” el anarquismo -creo que si existe alguna relación en todo esto es a la inversa: la existencia de ASN es más una consecuencia del cierto resurgimiento del anarquismo internacional en la última o penúltima década. Así que para mí, el tipo de investigación académica (o “científica”) sobre el anarquismo que existe en ASN para promoverlo puede hacer una valiosa contribución. Los anarquistas pueden aprender de la reflexión acerca de la historia del movimiento, de la política o de la filosofía. Ni siquiera estoy seguro de lo que quiere decir: “el anarquismo como un objeto pasivo de disección académica”, y bajo este tipo de idea a menudo se esconde lo que me parece ser más bien un confuso antiintelectualismo.
Barry Pateman, escribió recientemente acerca de lo que él llamó “esa zona gris entre la erudición crítica anarquista independiente y la academia.” Y continúa: “Algunos estudios recientes parecen indicar que la vida de los anarquistas –sus esperanzas, sus miedos, sus contradicciones y, sí, sus momentos de inspiración-, no son más que objetos para la experimentación intelectual”.
Por otro lado, aunque entiendo el sano escepticismo con respecto a muchos académicos cuya investigación (y, de hecho, su docencia) está divorciada totalmente de cualquier compromiso político, estoy un poco cansado de los “activistas” que establecen una clara distinción entre ellos por un lado, y los “académicos” por otro, negándose a ver cualquier valor o utilidad en la investigación académica –como si el hecho de que algunos de nosotros nos ganáramos la vida trabajando como profesores en universidades y escuelas significara que uno no puede ser políticamente activo de otras maneras.
– En septiembre de 2008 organizasteis en la Universidad de Loughborough la primera conferencia de ASN, ¿podrías ofrecernos un balance de este primer encuentro? ¿Qué tipo de personas asistieron a él y de qué partes del mundo? ¿Qué temas se abordaron mayoritariamente?
RK: La conferencia atrajo a cerca de 170 participantes provenientes de todo el mundo. La mayoría con sede en Reino Unido, pero hemos tenido un significativo número de participantes del continente europeo, algunos de EEUU y Canadá y uno, creo, de Nueva Zelanda. Había mucha más gente que quería venir pero por falta de financiación no pudieron hacer el viaje. Subvencionamos los viajes lo mejor que pudimos, pero no teníamos fondos suficientes para satisfacer todas las necesidades. Muchos, aunque no todos los participantes, procedían de instituciones académicas. La conferencia se organizó en una serie de paneles. Entre ellos destacaron “Anarquismo Religioso”, “Re-imaginando la Revolución”, “Anarquismo y Sindicalismo”, “Ética Anarquista” y “Comunismo Libertario”. La lista completa y los informes de la conferencia están disponibles en Internet en: http://www.anarchiststudies-network.org.uk. Una sesión que se convirtió en un foco importante para el debate, tanto durante la conferencia como en las preguntas posteriores, fue la conferencia “Escuchando” [Listening], organizada por Jamie Heckert y Anthony McCann: en ella se plantearon una serie de cuestiones importantes sobre la organización de conferencias y sobre algunos problemas del debate académico que se examinaron con cierto detalle. El discurso de apertura de David Goodway también planteó la cuestión sobre la relación entre activismo y academia. Aunque las preguntas posteriores a la conferencia se dedicaron a abordar las tensiones entre las posiciones contrarias que surgieron en el debate suscitado, está claro que al final de la conferencia muchos participantes seguían creyendo que los defectos eran graves. La crítica de Paul Stott y Gary Matthews de la conferencia, “Anarchist Studies Network: The Hunt For Proudhon’s Dental Record” (Nº 9 de Notes From the Borderland) deja un buen sabor de boca sobre algunas de estas inquietudes.
AP: No tengo nada más que añadir. Hay un informe de la conferencia en nuestra página web (junto con los informes de todos nuestros otros eventos). Lo que voy a decir, sin embargo, es que los eventos, los movimientos y las actividades reflejan los intereses, los antecedentes y la energía de sus miembros más activos. El reto está en conseguir que otras personas se involucren en la organización de eventos futuros, de modo que queden reflejadas diferentes preocupaciones e intereses. El problema es que muy pocos parecen tener la energía o los recursos para hacer estas cosas. ASN está aquí para ayudar, pero exige la iniciativa individual de los demás también. Y eso no es fácil de encontrar.
DB: Creo que nos sorprendimos gratamente por la respuesta al anuncio de la conferencia. Una de las razones principales para la creación de ASN era que sospechábamos que había un montón de gente por ahí haciendo investigación sobre anarquismo, pero que muchos de ellos no sabían nada el uno del otro. Así que en la medida en que la conferencia reunió a un montón de gente con intereses de investigación similares que no habían tenido ningún contacto, fue un gran éxito, gracias al arduo trabajo realizado por Ruth y Alex.
En cuanto a la crítica publicada por Gary Matthews y Paul Stott, creo que el problema de fondo, como he dicho, es un simple malentendido acerca de la naturaleza y el propósito de ASN. Dicho esto, la conferencia de ASN, por supuesto, nunca tuvo la intención de ser exclusiva: Hicimos todo lo posible para darla a conocer lo más ampliamente posible, no sólo en los departamentos universitarios, no invitamos solamente a quienes tenían presentaciones tradicionales en conferencias sino que, de igual modo, a otros con diferentes formas de presentación o discusión. Gary y Paul sugieren en su crítica que había censura, pero esto no es cierto: sacamos una convocatoria de ponencias, y la gente se ofreció a hacer algo. Ni siquiera fueron los organizadores de la conferencia quienes decidieron qué temas iban a discutirse –sino que fueron los convocantes quienes presentaron una propuesta para una serie de charlas/debates en torno a un tema concreto, y después fue cuando se organizaron las sesiones. Todos, Ruth, Alex y yo dijimos que la conferencia iba a ser sobre cualquier cosa o cualquier persona que tuviera que ver con el anarquismo. Así que la idea de que no había presentaciones sobre Bakunin, porque es “demasiado radical” (como Paul y Gary sugirieron) es una tontería. Fue pura y simplemente una cuestión sobre lo que se ofreció en respuesta
a la convocatoria de ponencias.
En cuanto a la discusión durante la conferencia sobre la forma en que gestionamos las ponencias o discutimos sobre nuestra investigación, cualquier maestro, sin duda, estaría de acuerdo con nuestra gestión y con que una buena discusión de calidad requiere de un buen director o moderador. Pero yo personalmente no estoy de acuerdo con la sugerencia de que en este tipo de contexto, es de alguna manera autoritario o jerárquico tener a alguien dictando una ponencia sobre su propia investigación de una manera relativamente tradicional. Como Bakunin escribió: “Cuando se trata de zapatos, prefiero la autoridad del zapatero; si se trata de una casa, de un canal o de un ferrocarril, consulto la del arquitecto o del ingeniero.
Para esta u otra ciencia especial me dirijo a tal o cual sabio. Pero no dejo que se impongan a mí ni el zapatero, ni el arquitecto ni el sabio. Les escucho libremente y con todo el respeto que merecen su inteligencia, su carácter, su saber, pero me reservo mi derecho incontestable de crítica y de control. No me contento con consultar una sola autoridad especialista, consulto varias; comparo sus opiniones, y elijo la que me parece más justa. Pero no reconozco autoridad infalible, ni aun en cuestiones especiales; por consiguiente, al margen del respeto que pueda tener hacia la honestidad y la sinceridad de tal o cual individuo, no tengo fe absoluta en nadie” [Dios y el Estado, Parte Segunda]. Esta me parece una definición bastante buena de lo que es un enfoque científico o académico orientado a la investigación.
– ASN forma parte y está apoyada incluso económicamente por la Political Studies Association (PSA). ¿Se trata de una concesión a los teóricos de la política oficial o más bien de una estrategia para intentar difundir las ideas anarquistas entre quienes no conocen su ideología?
RK: La PSA es una organización grande y apoya una amplia gama de grupos especialistas. Por supuesto, como todos estos grupos, ASN está sujeta a la política general de la PSA. Hasta ahora, a penas se le ha metido mano a la gestión de esos grupos especialistas. Recientemente, han habido algunos cambios: a todos los grupos se les ha pedido introducir constituciones y cuotas de afiliación. Como es lógico, estas nuevas normas no han sido acogidas con mucho entusiasmo y hemos estado teniendo muchas discusiones sobre cómo sería mejor que ASN las reuniera. En mi opinión, las ventajas de la adhesión todavía superan con creces los costes. Sin el apoyo financiero de la PSA no habríamos sido capaces de poner en marcha la conferencia ni cualquiera de los otros eventos más pequeños que se han organizado a través de ASN. ASN no es un grupo de toma de conciencia o de campaña, sino que difunde ideas a través de la membresía y facilita los contactos e intercambios con otros grupos anarquistas, por ejemplo, por medio de pequeñas conferencias y talleres. Los miembros de ASN interactúan e intercambian ideas con todo tipo de grupos no-anarquistas. Este septiembre (2009) ASN y el grupo de especialistas marxistas de la PSA organizaron conjuntamente una conferencia en la Universidad de Nottingham (Is Black and Red Dead?) para fomentar el debate sobre el socialismo libertario y la relación entre estas dos tradiciones. Además, ASN sirve como un centro de información: una serie de grupos y organizaciones no-anarquistas han puesto en contacto a varias personas a través de la página web para investigar sobre los diferentes aspectos del anarquismo y los miembros de ASN han sido invitados a participar en una serie de conferencias públicas y eventos culturales.
AP: Véase mi respuesta a la primera pregunta. Además de ello, yo diría que el principal objetivo de la carrera profesional de un académico es averiguar cosas acerca de las que los demás saben poco y después informarles sobre ellas en publicaciones o conferencias. Los buenos también tratarán de llegar (y lo conseguirán) fuera de la universidad y algunos no-académicos echarán un vistazo al trabajo académico de vez en cuando para ver lo que está pasando. Nuestro reto es hablar con los no-académicos en una lengua que comprendan y enseñarles, basándonos en una buena investigación académica rigurosa, que el anarquismo no es una ideología de locos, sino un cuerpo complejo de ideas y de principios que pueden contribuir a la consecución de la justicia social aquí y ahora.
– Dentro de ASN existe un subgrupo llamado ASIRA (Academics and Students Interested in Religious Anarchism). Obviamente uno de los tres pilares (Dios- Patria-Estado) contra los que el anarquismo clásico dirige todas sus energías es la iglesia. ¿Es posible conciliar esta aparente contradicción?
RK: ASIRA se creó con el fin de promover la investigación de los aspectos religiosos del anarquismo y de la relación entre el anarquismo y el pensamiento religioso. El anarquismo cristiano –asociado principalmente con León Tolstoi- es una tradición bien establecida, pero representa sólo una línea del pensamiento anarquista religioso. Es importante tener en cuenta que los anarquismos religiosos han sido típicamente elaborados en oposición a las iglesias organizadas y a otras organizaciones religiosas. Históricamente es cierto que los anarquistas han identificado a la Iglesia como una institución represiva, y que en su mayoría, tenían razón al hacerlo: el asesinato judicial de Francisco Ferrer en 1909 ilustra claramente la íntima relación entre Iglesia y Estado en España. También es posible argumentar –con Bakunin- que Dios es una idea de la que los anarquistas deberían deshacerse, pero sería un poco simplista, creo, llegar a la conclusión de que toda la discusión sobre religión o sobre pensamiento religioso es, de alguna manera, no-anarquista; esto implica necesariamente el reconocimiento de la autoridad religiosa formal o una aceptación de la sumisión, que es cualitativamente diferente a la clase de limitaciones que muchos no-anarquistas religiosos estarían dispuestos a aceptar. Yo no soy miembro de ASIRA pero creo que no hay solapamientos importantes entre las prácticas de los anarquistas religiosos y las de los no religiosos (incluso las de los anti-religiosos anarquista); en esas prácticas
–la búsqueda de una política de la vida cotidiana, por ejemplotambién hay preocupaciones compartidas acerca de la ética, la desobediencia y la violencia política que ASIRA está ayudando a desarrollar. Por último, mi interpretación es que la religión ha desempeñado un papel importante en los movimientos de justicia en el sur del mundo: descartar como contradictorio cualquier intento por combinar el compromiso político y la fe religiosa, creo que es un error.
AP: La Iglesia no es lo mismo que la fe o la creencia en Dios. Cuando los anarquistas hacen añicos a la iglesia, por lo general, lo hacen debido a la forma en que la institución era explotadora y represiva. Es evidente que las ideas de la gente ayudan a sostener la iglesia (y yo personalmente soy ateo), pero cuando nos ponemos todos del mismo lado de las barricadas, ¡necesitamos todo el apoyo que podamos conseguir!
DB: Estoy de acuerdo con Ruth, y también hay un problema en la manera en que la pregunta está formulada, a saber, la referencia a “la iglesia”, que no es sinónimo de “religión” o, como dice Ruth, del pensamiento religioso. Las experiencias han variado enormemente de país a país y de continente a continente. Es evidente que en países como España o Francia, la Iglesia Católica ha jugado históricamente un papel particularmente reaccionario, y a veces, uno con saña. Pero uno no necesita profundizar demasiado en la historia de las diversas religiones del mundo para ver que han variado enormemente, ni para ver que han sido desgarradas por conflictos y divisiones internas. Incluso si uno mira a la Iglesia Católica, no es difícil admirar el compromiso social y político de algunos partidarios de la teología de la liberación en América Latina o del “catolicismo social” en algunas partes de Europa. Y en Gran Bretaña, ha habido muchos activistas radicales socialistas cuyo compromiso político ha estado íntimamente relacionado con sus creencias cristianas, de igual modo, ha habido grupos como los cuáqueros pacifistas que se han comprometido y cuya práctica religiosa es en algunos aspectos más bien libertaria. En otras partes del mundo, se puede señalar que si, por ejemplo, algunos maestros zen apoyaron el nacionalismo japonés en la década de 1930 y de los 40, y algunos budistas de Sri Lanka parecen haber adoptado posiciones políticas reaccionarias, los budistas de otras partes de Asia (como Vietnam) han sido más coherentes en su pacifismo y han abrazado formas de activismo social. Por supuesto, muchos anarquistas occidentales se han sentido atraídos por el taoísmo y por algunas formas de budismo, especialmente por el zen. Éstas, por supuesto, no son vistas por todos como religiones y, además, es bastante posible seguir las enseñanzas budistas sin creer en algún tipo de dios creador o en otro reino sobrenatural. Así pues, para responder a la pregunta, yo diría que no es tan sencillo, y que hay muchas áreas de convergencia que sería útil investigar.
– De los casi doscientos miembros que componen ASN apenas hay una docena de mujeres: ¿Es el anarquismo un movimiento casi exclusivo de hombres? ¿Por qué pensáis que se da este fenómeno? ¿Tiene ASN alguna estrategia para atraer a más mujeres (y a otras minorías)?
RK: No sé cuáles son las cifras aunque estoy segura de que el número de mujeres y de minorías es muy bajo. Sin embargo, no creo que sea posible extrapolar de las cifras de ASN una generalización acerca de la naturaleza del movimiento anarquista. Tampoco creo que las diferencias basadas en el sexo determinen necesariamente el carácter de un grupo o movimiento. Un grupo con una participación femenina del 50% todavía no podría hacer frente a las actitudes rabiosamente patriarcales y homofóbicas. Ha habido mucha discusión acerca de la adopción y de la necesidad de superar las prácticas de la corriente masculina en ASN como, por ejemplo, evitar comentarios intimidatorios y agresivos en las listas de ASN y dar espacio a las voces que de otro modo permanecerían silenciadas. Una de las razones por las que la sesión de “Escuchando” [Listening] en la conferencia de ASN tuvo tanto éxito fue porque trató precisamente estas cuestiones. Dado que el grupo se ha organizado desde dentro del sistema universitario, no es de extrañar que su composición refleje la generalizada desigualdad del sistema educativo. ¿Tenemos una estrategia para tratar esto? Una respuesta corta es “no”. De hecho, no hemos tratado de reclutar a nadie y nunca pretendimos, de ninguna manera, ser representativos.
AP: Hay cerca de 200 miembros de ASN y el 10% son mujeres (aunque las cifras exactas no están disponibles). Esto claramente no es el reflejo de la academia como un todo donde hay muchas más mujeres, pero probablemente es más algo reflexivo del movimiento anarquista. No tenemos una estrategia para reclutar más mujeres para ASN y nunca se ha llevado esta cuestión a discusión. Dicho esto, habrá cinco ponencias presentadas sobre anarquismo y feminismo en la conferencia del próximo febrero dentro de la reunión anual de la PSA que tendrá lugar en Edimburgo. Entre las ponencias que se presentarán se incluye una que analiza los desequilibrios de género con Alternative Libertaire, en Francia, y también se incluye mi propia ponencia que versará sobre el antifeminismo de Proudhon. Habrá una ponencia de Judy Greenway sobre sus propias experiencias como feminista dentro el movimiento anarquista y otra de Jamie Heckert que parece llevar a Kropotkin a la teoría feminista. ¡Sabemos mucho sobre estas cosas ya, pero tal vez sabremos más acerca de cómo responder a esta pregunta sobre la representación femenina y las cuestiones de la mujer dentro del movimiento en abril! Esa es una de las cosas buenas de tener un grupo de investigación propio. Podemos obtener respuestas rigurosas a preguntas importantes. ¿Quién, si no, tiene tiempo para hacer esta clase de investigación?
DB: Sólo quiero añadir a las respuestas de Ruth y de Alex que, a pesar de la legislación que existe contra la discriminación sexual, esto sigue siendo un gran problema en todo el sistema británico superior de enseñanza. Aunque hoy día existe una mayor proporción de mujeres estudiantes en las universidades, creo que todavía se da el caso de que la proporción de mujeres disminuye cuanto más arriba se va (de los licenciados a los postgraduados, de los postgraduados a los profesores asociados, de los profesores asociados a los catedráticos y de los catedráticos a los rectores).
– Uno de los más acalorados temas de discusión que aparecen tanto en los foros de ASN como en la revista Anarchist Studies se refiere al supuesto cambio de principios entre el anarquismo de los siglos XIX-XX y el llamado “post-anarquismo” del siglo XXI. ¿Qué diferencias existen entre el anarquismo de los antiguos y el anarquismo de nuestros días? ¿Incluye ese postanarquismo una reconciliación con algunas teorías marxistas?
RK: No tengo mucha simpatía por las ideas de cambio teórico: No considero que el pensamiento se desarrolle de esta manera tan nítida y soy muy reacia a establecer distinciones rígidas entre el pensamiento de los siglos XIX, XX y XXI. Los postanarquistas también son muy sensibles a la complejidad de la historia de las ideas anarquistas, incluso mientras hablaban en términos muy transformadores: Stirner, por ejemplo, es señalado a menudo como uno de los precursores del pensamiento postanarquista. Para mí, las principales diferencias son formales y filosóficas, ya que existe una buena cantidad de consenso en lo que se refiere a la política anarquista. El problema con estos argumentos es que tienden a ser exagerados, sobre todo cuando salen a la luz por primera vez, cuando la gente está tratando de esbozar cuáles son las posiciones y cuando se sienten frustrados por las mutuas percepciones erróneas y por los mutuos malentendidos.
Para mí, las principales diferencias entre el «nuevo» y el «viejo» anarquismo se encuentran en el contexto y en las contingencias de la historia. Y creo que es muy importante tener en cuenta estas contingencias, a fin de evitar la reificación de determinadas ideas o posiciones. Quizás los postanarquistas hayan confundido la tendencia a reificar las ideas (de Estado, Revolución y así sucesivamente) con “la teoría clásica anarquista” y erróneamente la utilicen para informar a sus críticas. Si esto es cierto, entonces no creo que esto invalide todo lo que tienen que decir sobre el anarquismo o la política contemporánea, la justicia global, la represión estatal y así sucesivamente.
¿Es el post-anarquismo una reconciliación con la teoría marxista? Políticamente, los postanarquistas se definen a sí mismos en contra de la tradición marxista que emergió de la Segunda Internacional así que desde ese punto de vista hay una clara continuidad del pensamiento entre las «antiguas» y las «nuevas» tradiciones anarquistas y me parece que los postanarquistas han reconocido abiertamente esto. Filosóficamente, es una cuestión complicada, y responder a ella, probablemente implicaría clasificar conjuntos de ideas en un campo u otro y determinar lo que era la teoría anarquista en primer lugar. No estoy muy interesada en este juego, aunque estoy interesada en tratar de desentrañar las formas en que determinadas ideas –la anti-utopía, por ejemplo- han sido interpretadas y reinterpretados por los diferentes autores a través del tiempo. Es interesante (para mí) ver cómo una crítica postanarquista anti-fundamentalista del utopismo encaja con una crítica anti-marxista “clásica” anarquista del anti-utopismo.
AP: Tengo dos observaciones generales sobre el postanarquismo, ninguna de las cuales es particularmente original. En primer lugar, los post-anarquistas muestran un nivel sorprendente de ignorancia con respecto a los llamados anarquistas clásicos. Si hubiera un nivel más general de conocimiento sobre los llamados “anarquistas clásicos” estaría más claro para la mayoría que los post-anarquistas tienen poco que ofrecer que sea particularmente original. En segundo lugar, a causa de que los post-anarquistas muestran esta ignorancia, están perjudicando al anarquismo como una filosofía política. Hay dos razones para ello. Primero, la gente cree en las afirmaciones sobre el anarquismo clásico que hacen los post-anarquistas y esto conduce a una sensación general de que no hay nada en el anarquismo clásico que pueda ser usable en el periodo (post) moderno. En segundo lugar, existe la suposición de que el anarquismo es algo que tiene un conjunto de principios básicos que de alguna manera pueden ser superados por referencia a las ideas que se dice que son “nuevas”. No estoy seguro de que el anarquismo tenga este conjunto de supuestos básicos y, de igual modo, tampoco estoy convencido de que el post-estructuralismo sea particularmente original. El anarquismo es un conjunto de ideas vivas e históricamente evolucionadas que tienen los bordes borrosos y no son fácilmente reducibles. Este pluralismo es su fuerza (en mi opinión) y los post-anarquistas tienen que reducir el pasado anarquista a unos pocos “fundamentos”, a fin de poder reclamar que están diciendo algo nuevo. Lo que necesitamos es más historia intelectual anarquista, no más post-anarquismo. ¿Cómo puede uno especular sobre su futuro de manera adecuada si no conoce su pasado?
DB: Me veo a mí mismo como un historiador del trabajo más que como un teórico, y no me siento capacitado para decir mucho sobre este tema. Aunque, sin embargo, quisiera hacer sólo dos comentarios. El primero es que mi propia investigación se ha centrado más en los activistas comunes que en teóricos de gran nombre y, a menudo, estoy más que sorprendido de ver las indiscriminadas generalizaciones que se hacen a veces de los anarquistas del siglo XIX y de principios del siglo XX –yo simplemente no reconozco algunas representaciones de lo que semejantes anarquistas supuestamente pensaron e hicieron. En segundo lugar, en un nivel más general, yo (como mucha gente) siento rechazo por el lenguaje utilizado en muchos escritos postestructuralistas o postanarquistas. Ese lenguaje a menudo me parece demasiado e innecesariamente (y de hecho deliberadamente) difícil y, por lo tanto, exclusivo.
- Y, por último, la revista Anarchist Studies publica todo tipo de artículos entre los que destacan los dedicados a la reevaluación del registro anarquista desde la cultura, la filosofía y la acción política orientada hacia el futuro; en este contexto: ¿A qué nuevos retos se enfrenta ASN y la revista Anarchist Studies?
RK: Anarchist Studies actualmente está vinculada a ASN a través de un acuerdo de suscripción de membresía, pero la revista funciona de forma independiente a la red. En general, la revista y ASN están dirigidas por sus colaboradores. Dicho esto, la revista busca, de vez en cuando, activamente la discusión de acontecimientos particulares o problemas políticos: Volumen 14: 1 (2006) sobre Laicidad, Religión y Diversidad es un ejemplo. Además, la revista invita a hacer propuestas de temas especiales que ofrezcan la oportunidad a los editores invitados de centrarse en temas o ideas particulares. Por ejemplo, el volumen 17: 2 es un número especial sobre anarcosindicalismo. La revista también fomenta breves reflexiones sobre la política –la crisis de Gaza, el diciembre griego, por ejemplo. Creo que también sería útil proporcionar un espacio de “noticias” para diferentes grupos anarquistas, de tal modo que puedan esbozar sus actividades siguiendo el modelo de los periódicos del siglo XIX (como Révolté o Freedom) pero esto no ha sido discutido con los co-editores y no está dentro de nuestra política. En lo que se refiere a su futuro inmediato, la revista está desarrollando un nuevo sitio web y espero que éste proporcione el espacio para la exploración de algunas nuevas características e ideas.
AP: Me remito a Ruth en esta pregunta.
DB: Como editor de reseñas, debo añadir que acogemos con beneplácito las propuestas de reseñas de libros –aunque ahora estamos en la feliz situación de no poder incluir en la sección de reseñas todos los libros que están apareciendo en inglés sobre anarquismo, por lo que se ha tenido que reducir la extensión de las reseñas con el fin de que cojan más en ella.
Más info: www.anarchist-studies-network.org.uk
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Periodico CNT nº364 Febrero 2010
http://www.cnt-ait.tv/d/1092-2/cnt_364_web.pdf
(pags. 17,18, 22 y 23 del pdf)