El último artículo de José Luis Carretero (miembro del ICEA) en El Salto, analiza desde un enfoque crítico las propuestas de la "izquierda nacional" europea y española, y sus consecuencias para la clase trabajadora. Distanciandose de un keynesianismo suave soberanista y autoritario, el autor apunta a construir espacios soberanos de autodeterminación popular, con un pueblo fuerte y desde abajo autoorganizado.
La democracia, si es el poder del pueblo, es el poder la clase trabajadora, pero un poder real, efectivo, que se expresa en prácticas de autoorganización y de autonomía. Y esa clase trabajadora es plural, mestiza, un turbio y creativo rumor de multitud irreductible a la imagen de una “sana clase obrera nacional respetuosa del Estado y culturalmente homogénea”.
Construir soberanía es construir socialismo, si entendemos el socialismo en un sentido radicalmente práctico, efectivo, vivencial. No una consigna: “Democracia, federalismo, República”; sino el movimiento real que practica democracia directa, que se organiza federalmente, que se hace con el control de la vida material de la sociedad y de la textura del discurso desde la apropiación de la vida cotidiana y sus resortes. No un nuevo discurso de moda desde arriba, sino la pluralidad de prácticas y la autoorganización creciente de los de abajo.
No queremos una izquierda nacional que nos gobierne, mediante promesas incumplibles y desde dentro del propio capitalismo. Queremos una vida a la contra. El radical desgobierno del doble poder proletario. Queremos una izquierda de verdad.
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