Pensiones degradadas, vidas arrasadas

Os presentamos a continuación un nuevo informe que versa sobre el actual proyecto de ley de reforma de las pensiones, que en espera de que pase su trámite parlamentario, con plena seguridad será aprobada a partir de Enero del 2014.


Muchas han sido las reformas en los últimos tiempos que de una u otra forma que han incidido en las pensiones, pero no desde un punto de vista de la redistribución social, sinó reforzadas mediante unas políticas económicas que solo hacen que lastrar el poder adquisitivo de las personas, sometidas a la precariedad y el subdesarrollo social.


La figura del sistema de reparto que hemos experimentado durante décadas, ha dado un giro de 180 grados, a partir de la reforma 27/2011 desarrollándola paulatinamente hasta la actualidad, con una nueva reforma, que utilizando una serie de fórmulas matemáticas, poco transparentes y opacas, se centran en una multiplicidad de previsiones, a 6 y 10 años, que eliminan definitivamente la fórmula de revalorización via IPC (ahora Índice de Revalorización),introduciendo una relación entre ingresos y gastos, y el denominado factor de sostenibilidad, esto es, previsiones del crecimiento del nivel de vida que según algunos indicadores y como consecuencia de la crisis contradicen ya al gobierno y a las elites financieras, mostrándose su utilización, con absoluta arbitrariedad

 

En este sentido, el hecho de que vivir más, suponga necesariamente, que hayamos de cobrar menos pensión, es una actitud ideológica, camuflada por criterios de “racionalización”, que solo puede ser rechazable y repugnante en su totalidad, si es que aún nos queda algo de dignidad.


Si el problema central de la insostenibilidad del sistema de pensiones, es el desequilibrio entre cotizantes y pensionistas, habría que cuestionarse el modelo de enorme precariedad actual y paro desmesurado, y buscar otras formas de financiación, que como mínimo mostrara buena fe en las intenciones, y no apostar por todo lo contrario tal y como comenta el autor La ausencia de política de ingresos, el gusto de los gobiernos por las reducciones de algunas cotizaciones sociales, las anunciadas intenciones de disminución general de las cotizaciones, el punto tan bajo al que nos han llevado en cuanto a tasa de empleo”


Todo ello con el fin de desviar todo ese capital ahorro de la familias, no generador de crecimiento económico, hacia posiciones especulativas, y productos financieros, con el fin de trincar la pasta y salir corriendo, creando nuevas burbujas que cuando estallan acarrean consecuencias nefastas.


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