El sindicalismo como tal, se conduce entre las reivindicaciones más inmediatas (reformistas) y el cambio estructural de la sociedad capitalista, que suponga una emancipación total de la clase trabajadora (perspectiva transformadora)
Las reestructuraciones capitalistas que han llevado al sindicalismo a su mínima expresión, debe ir acompañada de un proceso de contrapoder real, que se presente como eficaz, que redifina las estrategias sindicales, situándolas a la altura de la tremenda desigualdad que genera el actual modelo económico, y que debe estar al mismo tiempo necesariamente, presente en los programas de los sindicatos de clase, como aspecto ineludible de transformación social.
La nacionalización, concepto histórico dentro del pensamiento de la izquierda, no supone cuestionar directamente el régimen de la propiedad privada capitalista, es más ha servido para enjugar los enormes déficits que presentaban dichas empresas privadas, indemnizando a los directivos con cifras astronómicas, antes de que las ganancias volvieran a generarse en el sector privado, lo cual se traduce en una socialización de las pérdidas a manos de los Estados, tal y como lo estamos viendo en la actualidad.
Y cuando, estas empresas entran en quiebra, los estados las sacan a flote, sin contrapartidas, y le pasan la cuenta a los pueblos, destruyendo el sector publico, como hoy es el caso con las políticas de austeridad instauradas en Europa inmediatamente después de la crisis económica y financiera del 2008
Con los procesos de privatización, y el giro de la socialdemocracia a las posiciones liberales, las reconversiones industriales, y la brutal ofensiva contra los servicios públicos de lo que se ha venido en llamar Estado del Bienestar, el coste social está siendo altísimo.
En este artículo de miembros del Secretariado nacional de la Unión sindical Solidaires se plantean los desafíos del sindicalismo en la actualidad, los caminos posibles que se les plantean, partiendo de la idea de la autogestión de los medios de producción, como piedra filosofal de su alternativa social.
Afortunadamente y a pesar de todo, todavía existe el anarcosindicalismo.
Para visualizar el artículo pinchar akí