La Telepolítica de Podemos

Para muchos de los que como un servidor pensábamos que Podemos era un fracaso anunciado en la era post electoral del 15 M, tal y como se había demostrado con Partido X, Participa, Procés Constituent, etc., la realidad nos dejó en evidencia como nefastos analístas políticos.

 

La estrategia estaba previamente definida por el equipo de comunicación de la formación. Se trataba básicamente de entrar en el terreno de la telepolítica, con lo que conlleva; marketing, marcas políticas, espectáculo televisivo, preponderancia de las imagenes , personalidades, etc, imponiendo el ritmo de los sucesos políticos, con el fin de franquear el inmenso muro de los formadores de opinión.

 

 

Y esta vez acertaron. Crearon al personaje mediático, lo introducieron rápidamente en las trincheras de la conciencia social estructurada a través de los media, logrando colarse en la élite de las oligarquías políticas. Inaudito. Algo que ha llevado al bipartidismo contra las cuerdas, y a proponer una reforma electoral, que les garantice una mayor estabilidad política.

 

La Tuerka fue el espacio donde se empezo a experimentar en este aspecto, con un lenguaje directo y cotidiano que engarzaba con las problemáticas de muchos estratos sociales

Su primera intervención en medios de comunicación ajenos fue en Intereconomia con Alejo Vidal Cuadras, y Federico Jiménez lo Santos.

A partir de ahí hemos visto apariciones en muchas otras cadenas de televisión codeándose con un sin fin de tertulianos profesionales.

 

Ha quedado en evidencia, los medios de comunicación son los espacios de socialización política donde la gente realmente milita. Esto es, la gente no milita en organizaciones políticas, milita a través de los formadores de opinión que proporcionan los medios. La gente es de La sexta, La cuatro, el ABC, o el País..., ni siquiera de Podemos o el PP.

 

Después de esa entrada relámpago en tan solo un año en los mass media, Podemos se llevo nada menos que 5 eurodiputados en las elecciones homónimas. Pero ese trabajo no se ha realizado solamente en los mass media sinó también en las redes sociales con canales de difusión muy potentes que han llegado a millones de personas.

 

En el caso del Estado Español los medios están en manos de las grandes corporaciones mediáticas y los bancos lo cual supone una censura indirecta y una forma de comunicación marcada por el beneficio privado, que emite en infracalidad, con una ideología difusa pero implícita en todo momento. Haber sorteado tal muro, con una aparente actitud transgresora, confiere a Podemos la característica de fenómeno político y social.

 

Habrá que ver si esa forma de telepolítica se traduce en una explosión militante y de base con la misma energía con la que ha emergido. Es ahí donde radica el dilema de Podemos. Si bien en muchas asambleas primeras, el número de participantes era de un volumen medio, con el paso de las asambleas la cantidad de participantes en ella va descendiendo. Al final puede ser que todo dependa del nivel de “radicalización” que los afiliados impriman a las diferentes luchas, haciéndolas permanentes en el tiempo. Todo está por decir.

 

Lo que sí parece claro, es que los que seguimos pegando carteles, adhesivos, y colgando pancartas, deberíamos hacernoslo mirar, o por lo menos reflexionar sobre las formas de comunicar.

 

Os pasamos a continuación un excelente artículo de Gustavo Martínez Pandiani escrito en el 2004 sobre el impacto de la televisión en la comunicación política moderna

 

Para visualizar el artículo clica akí