¿Se puede tener un grupo empresarial transnacional que gana cientos de millones de euros al año, y al mismo tiempo despedir, mediante un Expediente de Regulación de Empleo, a cientos de trabajadores de una de las empresas del grupo? No sólo se puede, sino que, además, puedes hacerlo sobre las ruinas de una empresa que fue construida con el dinero de todos y que te den un premio.
Esas son las “notas de color” del capitalismo posmoderno que tanto apasionan a los neoliberales y a los autodenominados “anarcocapitalistas” de hoy en día.
¿Un ejemplo? ¿Han oído ustedes hablar de Correos de Portugal y de Tourline Express?
CTT (Correios de Portugal), con un capital social de 75 millones de euros, es el operador del Servicio postal universal en Portugal, y también opera en España y Mozambique. Con orígenes nada menos que en el año 1520, ostenta el derecho exclusivo de emitir los sellos con la mención “Portugal” y desarrolla actividades que incluyen el Servicio Postal Universal (el básico y protegido por el Estado, al que debe tener acceso a toda la ciudadanía) en el país luso. En 2014, CTT informó de unos ingresos de explotación de 717,8 millones de euros, y un beneficio neto de 77,2 millones.
CTT, de hecho, era una empresa con amplio capital estatal hasta septiembre de 2014, en que el Estado portugués vendió el 31,5 % de las acciones que le quedaban (el 70 % restante había sido vendido por el Estado en diciembre de 2013), lo que le permitió embolsarse 343 millones de euros. Esta venta se enmarcaba en el programa de privatizaciones negociado con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, en el marco del plan de rescate financiero, con valor de 78.000 millones de euros, acordado con la Troika en mayo de 2011.
Tras la venta, las acciones de CTT han quedado muy repartidas entre distintos fondos internacionales, aseguradoras y bancos de inversiones globales como Standard Life Investment (Holdings) Limited (6,67 %), Artemis Investment Management (5,14 %), Kames Capital, Allianz o Morgan Stanley. Lo que fue construido con el dinero y esfuerzo de todos tiene ahora que rentar beneficios a los tiburones del turbocapitalismo.
El grupo CTT, conformado por diversas empresas con accionariado cruzado y con evidentes relaciones internas de alta complejidad, está conformado por firmas como el Banco CTT, CTT Contacto, CTT Expresso, Payshop, Mailtec y, para lo que ahora nos ocupa, Tourline Express.
Tourline Express, por su parte, es una empresa radicada en España, especializada en servicios de paquetería y transporte de correo urgente, con diversos centros de trabajo, uno de ellos en Madrid. Tourline, curiosamente, ha puesto en marcha este año un Expediente de Regulación de Empleo que se ha iniciado con 191 despidos, en una empresa con 519 trabajadores. Tourline, que aparece en la propia web de CTT como integrante del “grupo de empresas CTT”, dice ahora que, desde el punto de vista laboral, no tiene nada que ver con dicho grupo y que, por ello, puede poner en marcha el proceso de despido colectivo sin tener en cuenta las cuentas del resto del grupo.
El actual presidente y CEO de CTT es Francisco de Lacerda, consejero independiente de ENDESA y actual presidente, también, de CTT Expresso y de (¡Oh, dulces sorpresas de la vida!) Tourline Express.
Francisco Lacerda ha sido reconocido, en una gala en el convento Beato de Lisboa el pasado 2 de julio, con el premio a mejor CEO (Chief Executive Officer, o Director Ejecutivo) en los Investor Relations & Governance Awards 2015 (IRGA).
Este premio, concedido a iniciativa de Deloitte tiene como objetivo, según sus promotores, “destacar las mejores prácticas en el mercado empresarial y financiero portugués”. También “se ha valorado el liderazgo y actitudes de transparencia y calidad en la producción de información y en las relaciones con los inversores, una actividad esencial a cualquier empresa cotizada en bolsa y en la que CTT se destaca desde su privatización”.
Francisco de Lacerda, es de suponer que orgulloso y emocionado, declaraba al recibir el galardón: “este premio, que mucho me honra y satisface, no sería posible sin el trabajo y la competencia de todos los que forman parte de CTT y que contribuyen para que esta empresa sea un marco de confianza para los inversores”.
Mientras tanto, los trabajadores de Tourline Express se preparan para el juicio del que dependen sus despidos, que se celebrará el 3 de noviembre en la Audiencia Nacional y denuncian que la empresa está utilizando el outsourcing con otras firmas para cubrir puestos de trabajo en la línea central de empaquetado de la que se despide a la gente. Y Los rumores de fusión con otro importante actor del mercado de la paquetería parecen cada vez más insistentes.
Historias del neoliberalismo. Historias que se tatúan sobre la piel de los que trabajan, pero nunca disfrutan de los frutos de lo realizado.
José Luis Carretero Miramar.