Aquí explicitamos ejemplos del avance de la lógica de mercado dentro de la Copa del Mundo de Brasil 2014; y como este “modus operandi” influencia en el juego y, como siempre, más del mismo de la arbitrariedad de la FIFA.
Fin de la primera fase, la justicia poco justa
Quién pierde se vuelve a casa, así son los grandes torneos de fútbol. Con la Copa del Mundo no es diferente. Después de 48 juegos en 15 días, 16 selecciones vuelven a casa. Sorpresas técnicas ocurren, a veces el extra-campo influencia. Peleas por las premiaciones como ocurrió con la selección de Ghana. Patrocinadores pagando premios individuales. Es lo peor del espectáculo capitalista atravesando el deporte más popular y enraizado del planeta.
El raciocinio mercantil tiene un fin trágico dentro de campo. Grandes marcas explotan la imagen de atletas, estos se llevan buenas comisiones, pero nunca lo que gana la empresa contratante. Zapatillas coloreadas hace algunos años pasaron a ser el más grande lance mediático. Adidas y Nike hacen un duelo para ver quien aprovechará mejor estos 30 días. La suerte es necesaria, algunas selecciones se despiden de forma precoz, juntas llevan sus cracks, los “muchachos” propaganda salen del foco. Cuando el fútbol pasa a segundo plano, difícilmente está selección saldrá campeona.
Competencia no
La FIFA creó normas restringiendo las publicidades excesivas de los atletas en el campo. El jugador no puede exhibir marcas diferentes del material deportivo que patrocina a la selección, con la salvedad de las zapatillas. Se engaña quién cree que es para preservar el espectáculo fútbol, la entidad máxima del fútbol no admite competencias. Considera un absurdo que terceros obtengan ganancia solos.
En el partido entre Brasil x Camarones, el muy talentoso Neymar parece haber aprendido bien con Ronaldo Nazário, el manager de su imagen. El camisa diez de la selección brasileña está siendo investigado por la FIFA por dejar mostrar la ropa interior de un gran diseñador carioca. La costumbre de colocar los calzoncillos apareciendo (fiebre masculina en varios lugares del continente americano), puede no ser sólo una moda post-adolescente o exhibicionismo masculino. Aunque ambos lo nieguen, era evidente que Neymar quería mostrar la pieza. El jugador quedó en campo por algunos minutos después del término del juego, y las imágenes de las redes de TV en la vuelta del vestuario, también dan razón para la investigación. Neymar aparece con los calzones bien abajo de la cintura, dejando la pieza bien a la vista. Nada en medio del fútbol que envuelva a marcas comerciales acontece por casualidad. Y Neymar sigue los pasos del Ronaldo el fenómeno.
Suárez, la justicia injusta
El polémico delantero uruguayo Luis Suárez en poco menos de un mes fue del infierno al cielo y cayó a un precipicio. El aguerrido y hábil delantero uruguayo fue el principal responsable por la victoria de Uruguay sobre Inglaterra. Suárez marcó los dos goles de la selección charrúa sobre la selección inglesa. Todo eso después de haber pasado el delantero por una artroscopia en la rodilla izquierda el 23 de mayo. Veintiocho días después Suárez era el héroe uruguayo. La celeste estaba más viva del que nunca, para continuar soñando bastaba vencer a la tetra-campeona Italia en el último juego de la fase de grupos. La tensión del juego más una vez hizo a Luisito perder el control emocional. A los 33 minutos después de una confusión en el área, el camiseta 9 uruguayo aplicó una mordida en el lomo del defensor italiano Chiellini.
Para suerte de Uruguay, el árbitro no vio el lance. Con mucha lucha basada en la voluntad, la victoria vino a los 35 minutos del segundo tiempo, con un gol del defensor Godín. Y dejó el fantasma del 50 más vivo que nunca. El paisito se despidió en los octavos de final al perder frente a la excelente selección colombiana y su ataque infernal. Pero Suárez perdió antes. La FIFA la castigó mucho más allá de la media, exagerando para dar ejemplo contra el delantero de un país no tan poderoso. Si la dentada fuera de un jugador brasileño o argentino, ¿habría el mismo castigo?
La punición arbitraria
Suárez merecía sanción. No hay nada que explique que un atleta pueda agredir un compañero de profesión; aunque el factor emocional influencie en las actitudes dentro de campo. Pero la sanción impuesta por la FIFA fue arbitraria. Coger imágenes de la televisión y simplemente proscribir el atleta del mundial, no nos parece la forma más democrática de actuar. ¿Por qué no fue dado al jugador el derecho de defensa? El alto tribunal de la FIFA está por encima del bien y del mal. ¿Por qué otros atletas no recibieron ningún tipo de castigo por lances considerados malintencionados? ¿Los ataques violentos que pueden causar graves lesiones en los compañeros son menos agresivos? Nueve juegos con su selección, prohibición de cuatro meses de participar de cualquier evento conectado al fútbol, además de una multa de 100 mil francos suizos para los cofres de la Dueña FIFA. Esa fue la pena del camiseta 9 celeste. Tal vez Suárez no encuadre en el patrón de jugador preferido por la entidad máxima del fútbol, ellos prefieren el buen niño. O mejor, prefieren sólo al “muchacho propaganda”, bueno con la pelota y con cara de idiota, perfecto para vender chanchería con logomarca cara y fabricada con mano de obra casi esclava en algún lugar de Asia.
Blatter y su pandilla podrían aprovechar para proscribir dirigentes corruptos del fútbol, pero tendrían problemas de orden interno. El suicidio colectivo no sería mala idea.
Observación final
Este texto en forma de tópicos fue escrito a cuatro manos inmediatamente después del empate de Brasil y Chile (1 x 1), partido realizado en el estadio de Mineirão, el 28 de junio de 2014. En el momento en que estábamos revisándolo recibimos la información de que militantes sociales de este mismo estado, Minas Gerais, están siendo intimados y encerrados en comisarías de policía por sospecha de “terrorismo”. Es muy peligrosa la tarea de elevar la crítica desde la izquierda durante la realización de un gran evento deportivo.
Por Dijair Brilhantes y Bruno Lima Rocha
Dijair Brilhantes es estudiante de periodismo y Bruno Lima Rocha es profesor de ciencia política y de relaciones internacionales.