Por Andy Robinson
- El precio del petróleo se desplomó a 40 dólares el barril el mismo día que el chavismo perdió sus primeras elecciones en Venezuela
Fue una coincidencia simbólica y quizás no casual. El precio del petróleo se desplomó más del 5% a 40 dólares el barril, el más bajo en diez años, tras otra subida de producción de la OPEP, el mismo día que se anunció que el movimiento de izquierdas creado hace 20 años por Hugo Chávez perdió sus primeras elecciones en Venezuela.
A fin de cuentas, una de las primeras medidas de Chávez, al llegar al poder en 1999, fue convocar una cumbre de los jefes de estado de la OPEP para reforzar el cartel petrolero y plantar cara a EE.U.U y Europa. A partir de ese momento, el precio del crudo –que había caído a diez dólares el barril en 1998- subió como la espuma facilitando los programas sociales, de vivienda, sanidad y enseñanza más radicales adoptadas en América Latina desde la revolución cubana.
Pasó lo mismo con una serie de otras materias primas –desde el hierro al cobre, la soja , a la carne- que fueron subiendo de precio , generando ingresos en divisas , impulsados por una insaciable demanda china, el nuevo aliado de la izquierda latinoamericana. Las economías de Brasil, Ecuador, Bolivia, Argentina y otras alcanzaban tasas de crecimiento del 4 al 6%.
Ayudó también el descenso hasta cero de los tipos de interés en EE.UU. lo cual paradójicamente impulsó una avalancha de capitales hacia los países de la nueva izquierda . Los mercados financieros acuñaron el termino la Pink Tide (marea rosa) para describir el auge de la izquierda.
Decenas de millones de familias salieron de la pobreza gracias a programs de ayuda social, subidas de los salarios minimos y la creacion de empleo. Un gran mercado de consumo fue creciendo. Eso creó un circulo virtuoso economico y político. Para el horror de las clases privilegiadas en Caracas, Rio o Buenos Aires, los nuevos votantes de bajos ingresos entregaban una mayoría permanente a los gobiernos de izquierdas, o así parecía.
Ahora ese circulo virtuoso ha tornado vicioso. China ya no compra tanta soja o hierro. El poderoso banco central estadounidense acaba de subir los tipos de interés por primera vez en casi diez años y la expectación de más subidas ha provocado una huida de capitales hacia la mejor rentabilidad en EE.UU. Esto ha hundido divisas como el real brasileño. El resultado: la coincidencia de recesión e inflación que corroe el poder adquisitivo de los votantes de Dilma Rousseff hasta en sus feudos del nordeste.
La situación recuerda , salvando las distancias, las subidas de tipos de interés de la poderosa Reserva Federal bajo el halcón reaganista Paul Vocker en 1980 que provocaron la crisis de la deuda latinoamericana y la llamada”década perdida” – crecimiento cero, inflación, pobreza en auge- que abonó el terreno para la revolución de Chavez, Lula, Morales , Kirchner y Correa “La marea rosa subió como una reacción a la crisis y se retira ahora porque sus gobiernos no han resuelto otra crisis” , dijo Michal Reid , corresponsal de The Economist en una conferencia el mes pasado en Washington.
Al mismo tiempo, la OPEP ya no es el sólido cartel que forjó Chavez. Arabia Saudí sigue elevando su producción petrolera, pese a la caida del precio del crudo. “El cartel ya ha abandonado su misión histórica de gestionar el mercado petrolero”, plantea la agencia Bloomberg. Esto ha provocado una depresión económica en Venezuela, -cae el PIB el 10% y la inflación llega al 200%-. Ecuador tampoco podrá lidiar facilmente con el del descenso del crudo. Bolivia, productor de gas, principalmente , aguanta mejor (es el pais latinoamericano que más crece). Pero no se salvará de la tormenta que viene desde fuera.
Aunque Brasil no depende de las exportaciones del petroleo, la caída del precio del crudo es clave para entender la crisis de popularidad de Dilma Rousseff . “Todas las inversiones en infraestructura de (la petrolera semi estatal) Petrobras tuvieron que ser revisadas a la baja y esas eran tan gigantescas que eso provocó una crisis en la construcción y en la economía en general”, dijo durante una conferencia de El País la semana pasada en Madrid, Otaviano Canuto, director brasileño del FMI .
Aunque mil teorías de conspiración ya circulan por Sao Paulo, Caracas , Buenos Aires o Quito, el doble golpe propinado por los jeques saudíes y Janet Yellen, la presidenta de la Reserva Federal, parece carecer de malas intenciones. .Lo mas probable es que Arabia Saudí , lejos de ser el aliado del odiado imperio estadounidense , esta debilitando la OPEP precisamente para hacer inviable la producción petrolera en EE.UU. (el fracking cuesta mucho más que el petroleo del Golfo). La Reserva Federal, por su parte, ha dejado las subidas de tipos hasta el último momento ara dar margen a todos y Yellen es el banquero central estadounidense más de izquierdas de la historia. La marea rosa parece ser un daño colateral.
El kirchnerismo argentino tiene mas motivos reales para ver una conspiración en Wall Street. La decisión de un juez neoyorquino de apoyar a los llamados fondos buitres que invirtieron en deuda argentina tras la moratoria del 2002 , ha costado caro. “El juez cerró la puerta de financiación en los mercados justo cuando Argentina estuvo a punto de volver”, dijo Mark Weisbrot del Centro de Investigación sobre Política Económica CEPR) en Washington. Los buitres estaban encabezados por el gestor mutimillonario de hedge funds, Paul Singer, uno de los banqueros de la campaña del cubanoamericano de Miami Marco Rubio en las primarias republicanas. Singer coincidirá con el nuevo presidente Mauricio Macri el mes próximo en la cumbre de elite en Davos.
Por supuesto, muchos gobiernos de la marea rosa no han gestionado la crisis con destreza. “Para Venezuela da lo mismo que haga la Fed o su Tio Canuto, sus problemas son interiores”, dijo Felipe González, el ex presidente de Gobierno español. Asi mismo, el FMI , en su asamblea de Lima en octubre, insistió en que la marea rosa está pagando el precio de su heterodoxia económica y se deshizo en elogios por la “macro prudencia” de Chile , Perú , Colombia y México, aliados de EE.UU. en el nuevo acuerdo transpacífico.
Pero lo cierto es que Michelle Bachelet, Ollanta Humalla y Enrique Peña Nieto han caído en picado en los sondeos también debido a los pobres resultados económicos.. “La gente estan echando a los gobiernos por la crisis económica, no por un cambio de ideología”, dice Peter Hakim de Interamerican Dialogue en Washington. “Si los partidos que acaban sustituyendo a los gobiernos de la izquierda no saben arreglarla, la gente los echará a ellos también”.