[Audio ] Conferencia de Samir Amin. Salir de la crisis del capitalismo o salir del capitalismo en crisis

El pasado 7 de Abril Samir Amin ofreció una conferencia en Barcelona sobre la actual crisis económica mundial. En el acto se presentó asimismo su ultimo libro titulado "Salir de la crisis del capitalismo o salir del capitalismo en crisis".

 

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LA CRISIS. Salir de la crisis del capitalismo o salir del capitalismo en crisis.

 

 

El Capitalismo es un paréntesis en la historia. No es un sistema que sea viable, duradero. Está fundado en una acumulación permanente, una revalorización del capital permanente, es decir un crecimiento exponencial. El crecimiento exponencial es un crecimiento como el del cáncer, que conduce inexorablemente a la muerte. No podemos imaginar una prolongación indefinida de tal modo de gestión de nuestras sociedades humanas.

 

 

Este paréntesis todavía no esta cerrado desgraciadamente. No quiere decir que haya sido un paréntesis negativo. Fue necesario, positivo en su momento, pero es algo que ahora debe de cerrarse. El capitalismo es un sistema muy curioso, exigió, necesitó para aparecer una larguísima incubación. Los europeos tienden a considerar que esta incubación solo necesitó de los tres siglos del mercantilismo europeo y el renacimiento. Así, se iniciaría en 1492 hasta la Revolución Francesa y la Revolución Industrial. Es decir, hasta finales del XVIII y principios del XIX.

 

 

 

En realidad, el periodo de incubación comienza cinco siglos antes, en la China, con la dinastía (Tzun?) y se extiende hacia el oriente a los califatos musulmanes (árabes y persas) y se extiende a los Estados Italianos dos o tres siglos antes del mercantilismo europeo. Es por lo tanto una larguísima incubación.

 

 

Después de esa larga incubación tuvimos un florecimiento del capitalismo muy corto. La  concreción del sistema capitalista en su forma definitiva fue tres cuartos de siglo más tarde, en el S. XIX. No solo tuvo un periodo de crecimiento fuerte, sino que correspondió a la puesta en marcha del sistema en todas sus dimensiones, no solo la fundamentalmente económica como la conocemos hoy, sino también en su estructura política, incluso en su cultura asociada a esta estructura política.

 

 

Este sistema entra en crisis rápidamente. En 1870 En 1871, en la Comuna de París se pone por primera vez en tela de juicio el sistema a nivel político. Y a partir de mediados entre 1873 -1875 tiene la primera larga crisis de este capitalismo.

 

 

El capitalismo ha creado las condiciones para una etapa superior de la civilización humana. Este progreso ha tenido lugar a través de contradicciones crecientes que se convirtieron en insoportables. El socialismo, y no el comunismo, no es el capitalismo con un reparto más justo  y con una mayor eficacia económica, sino que es una etapa superior de la civilización humana.

 

 

Entre estas contradicciones, la principal es que el sistema capitalista se fundó en la  acumulación por desposesión. Desposesión no solo de los campesinos europeos, sino también la desposesión de los pueblos comenzando con America tras la conquista de españoles y portugueses. Esta acumulación por desposesión luego se extendió a través del continente africano y asiático. Se desarrolló mediante una contradicción que  convierte el sistema en insoportable por la mayoría de la población de la tierra.

 

 

Este capitalismo esta fundado sobre una contradicción creciente entre su capacidad de producir y la  capacidad de consumo solvente. Lo que debe ser explicado del capitalismo no son sus crisis, sino sus periodos de crecimiento que son extremadamente breves.

 

 

Segundo punto

 

 

Después de tan solo tres cuartos de siglo de puesta en marcha de este sistema en su forma acabada tenemos dos largas crisis del capitalismo. Una desde 1873 a 1945 y la otra que empieza en 1971, casi un siglo después de la primera, y en la cual nos hayamos actualmente, estando solo a mediados de su conclusión. Es decir, dos largas crisis, la primera de tres cuartos de siglo y la segunda con medio siglo ya de existencia. Entre las dos tenemos un período muy breve de crecimiento sin crisis notable.

 

 

Es un punto muy importante que voy a desarrollar. Para nosotros, seres humanos de veinte a setenta años de edad, estos treinta años fueron importantes. Constituyeron la mitad de nuestra vida. Y por lo tanto nos cuesta entender que el capitalismo moderno se caracteriza en realidad por larguísimas crisis, en absoluto por períodos de progresión importantes. En España correspondió a un período de treinta años que desgraciadamente no fueron solo los últimos treinta años, sino también los 40 años de fascismo franquista, pero para el resto de occidente fueron treinta años gloriosos después de la II Guerra Mundial.

 

 

La primera crisis empieza en 1873, los economistas suelen dar esta fecha precisa, y en ella el capital dominante reacciona a esta crisis con tres transformaciones: Monopolización, Mundialización y Financialización.

 

 

La monopolización, la que fue estudiada y descrita por Hobbson y Ferdinelini en el S. XIX. La mundialización de esta época toma la forma de la conquista colonial, y es una de las formas más brutales de la mundialización. Y la tercera dimensión, la de la financialización. Todo el mundo olvida hoy por hoy, que la financialización no fue  inventada por los bancos hace 20 años, sino que Wall Street y la City de Londres fueron creados como centro de finanzas en 1900. Estas tres evoluciones del capital dieron lugar a un período muy breve que se llamo la Belle Epoque. De 1895 a 1914, es decir, menos de veinte años.

 

 

Los discursos que fueron desarrollados durante esa Belle Epoque son muy similares a los escuchados durante la segunda época de bonanza, de 1990 a 2008 Es decir, el capitalismo es el fin de la historia, el capitalismo es sinónimo de paz mundial, de democracia, etcétera. En este periodo brevísimo de bonanza, solo un pensador de la época la vio como el anuncio de la catástrofe. Este pensador es Lenin. Dice que el desarrollo de esa larga crisis no puede continuar a través de una prolongación indefinida de un período de bonanza, sino que llevaría a un periodo de caos y revoluciones. La historia confirmo sus palabras. Como esta primera época de bonanza acabo con el período de 1914 a 1945. Acabó con la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la gran Crisis de 1929, el auge  del nazismo y del fascismo, la expansión del imperialismo japonés, la II Guerra Mundial, la Revolución China y la liberación de África y de Asia.

 

 

Después de esos gloriosos años, el capitalismo entra en una segunda larga crisis que comienza en 1971 con la supresión de la convertibilidad oro del dólar. El capital responde a esta segunda gran crisis exactamente de la misma manera que lo hizo en la primera gran crisis, responde con una nueva etapa, una nueva vuelta de tuerca de monopolización, con la construcción de un sistema de oligopolios esta vez generalizado. Un nivel de monopolización cualitativamente más avanzado, más acentuado, más desarrollado que en la primera oleada de monopolización, responde con una nueva oleada de mundialización que se llamó neoliberal, y con la nueva oleada de financialización; y sobre estas tres evoluciones a lo largo de los años 80 y 90 son las que crean las condiciones de una segunda época de bonanza, muy parecida a la primera, que podemos fechar entre 1980 hasta 1990, coincidiendo con el derrumbe del sistema soviético, se pasó una importante página de la historia, hasta el derrumbe financiero de 2008 con las mismas características de la primera época de bonanza, y con los mismos discursos sobre el final de la historia, etc. Ahora nos encontramos en este punto. En un momento análogo, similar al que precedió a 1914, cuando tuvo lugar la primera gran crisis. El derrumbe financiero de 2008.

 

 

A partir del momento en el que nos hayamos, ¿a donde vamos? Ya hemos entrado en un segundo período llámenlo como quieran, de guerras, de revolución, de caos, en el que no sabemos muy bien que va a ocurrir, en el que  la evolución de las respuestas que demos, como resultado de la acentuación de las contradicciones en esta nueva etapa de la crisis, saldremos de la crisis o tal vez  del capitalismo en crisis. Lenin cometió un error en su diagnostico, porque era muy optimista. Pensaba que la primera larga crisis estructural del capitalismo, seria también la ultima. En este sentido, el inicio de una nueva etapa superior de la civilización humana tenía que imponerse, según el, como una respuesta a esa larga crisis. Ahora tenemos que plantearnos, preguntarnos, si esta segunda larga crisis que estamos viviendo va a ser la última, o no. En todo caso, solo podemos actuar para que así sea. Ya hemos entrado en el período de guerra, de revoluciones, de caos. En este sentido, el desafío que se nos plantea ahora, no es el de salir de esta crisis para volver a instaurar un capitalismo más humano, sino iniciar una salida del capitalismo. A menudo me hacen la pregunta de cómo será el mundo después de esta crisis, y yo contesto que hagan esta pregunta a aquellos que pretenden saberlo todo y que siempre tienen la respuesta para todo. La respuesta a la larga primera crisis (1914 a 1945) fueron los siete eventos enumerados, y los 30 gloriosos años del mundo fue el producto de la transformación de las relaciones de fuerza sociales internacionales producidas por esos siete eventos que se desarrollaron en ese periodo. No sabemos cuales serán las transformaciones de los 20 o 30 años venideros la crisis no será superada antes de dicho plazo.

 

 

Si tuviéramos más tiempo me gustaría ilustrar de forma más concreta la profundización previsible, ya presente de esta crisis, con la crisis del sistema europeo, la crisis del euro. Se habla mucho de la crisis de Gracia, pero podríamos hablar de la crisis española o de la crisis francesa, que significan que la crisis no lo es solamente financiera, a la cual podríamos aportar una solución simplemente volviendo a instaurar un sistema financiero viable. La Crisis es una crisis profunda, de relaciones sociales y de relaciones internacionales. Esto me llevará a abordar un tercer punto, que es lo que yo llamo el despertar del sur, o de los “sures” en ambas largas crisis del capitalismo, la segunda de las cuales esta en curso actualmente.

 

 

Si vemos la respuesta a la primera larga crisis del capitalismo, lo que transformó el mundo de forma visiblemente importante fue la Revolución Rusa, la China y otras revoluciones de países menos importantes, (aunque no revoluciones menos importantes como en Vietnam o Cuba) y la independencia de África y Asia, con una transformación gigantesca y muy positiva. Es decir, la transformación del mundo se hace principalmente, que no exclusivamente, a partir de la revuelta de sus periferias. A lo largo de la respuesta a la primera larga crisis, así fue. Después se produjeron todas las limitaciones y contradicciones características de esta transformación del sistema mundial, a partir de sus periferias. Estas transformaciones son las que facilitaron unas evoluciones positivas en los centros del sistema capitalista mundial. La social democracia, la verdadera, no el social liberalismo de hoy,  el compromiso histórico de capital y trabajo, y las políticas de bienestar y de redistribución de los 30 gloriosos años, son cosas que vinieron en complemento a la reacción que la Revolución Rusa, la Revolución China y la liberación  de Asia y África evidenciaron, convirtiéndose en un desafío a los países occidentales y al imperialismo de occidente.

 

 

Aquí tenemos, por lo que parece, esta primera oleada de transformación, de despertar del sur, que hemos entrado en una nueva oleada, de características muy diferentes, con el auge, el resurgimiento de los grandes países emergentes, Brasil, India, China, pero también de países más modestos del sureste y otras partes de América Latina, de naturaleza comparable, pero en condiciones completamente diferentes. Tanto desde el punto de vista social, y de las relaciones sociales que caracterizan cada una de las sociedades de estos países emergentes, como la naturaleza del tipo de desafíos a los cuales han de enfrentarse dentro del sistema capitalista global. Tenemos por lo tanto la segunda oleada, de misma naturaleza, pero con visiones diferentes.

 

 

Esta segunda oleada va a poner en entredicho el capitalismo o bien va a poner en tela de juicio la dimensión imperialista del capitalismo, es decir, la dominación del sistema capitalista por las potencias que han sido los centros del capitalismo y el imperialismo histórico: los Estados Unidos y Europa.

 

 

Si tuviéramos tiempo me gustaría desarrollar un poco más la cuestión del papel de China en el sistema mundial, pone en tela de juicio únicamente la dimensión imperialista del capitalismo, la hegemonía americana, o bien puede potencialmente iniciar, incluso asociándose a otros, el inicio de un ir más allá del capitalismo. Me gustaría igualmente hablar, si tuviéramos más tiempo, de los avances revolucionarios de America Latina, lo que está pasando en Brasil, Ecuador, Venezuela, Bolivia, Argentina y algunos más. Me gustaría analizar si pueden simplemente cuestionar la dimensión imperialista del capitalismo o bien ir más allá del capitalismo de una manera concreta. Me gustaría insistir en el drama que representa esta casi exclusividad de la toma de iniciativa, de la transformación del mundo, a partir de estas revoluciones.

 

 

Lo expuesto me lleva al quinto punto, la exigencia de un internacionalismo real, activo, la creación de una 5ª Internacional, si queremos llamarla así. El mundo sólo puede iniciar la salida, la transición a una nueva etapa de la civilización. La invención de una nueva etapa de la civilización, que son para mí el Socialismo y el Comunismo, no es un invento ni una cuestión que puede resolverse con la promulgación de cuatro leyes y cinco decretos que s e tomen a lo largo de cinco años. El inicio de esta transformación solo puede ser el resultado de la acción de los pueblos de la periferia y de los pueblos del centro. Es la razón por la cual necesitamos crear una forma de organización que facilite la articulación de las luchas que lleven al inicio de una salida del capitalismo en el norte y en el sur. Sin eso nos arriesgamos a vivir una repetición, aunque sea en otras condiciones, de los dramas de la primera oleada de revoluciones  de las transformaciones a partir de las periferias que vivimos en la primera aleda. Vemos, notamos la situación de cierre, de repliegue de los pueblos del centro, en la impotencia, en el abandono de toda perspectiva de transformación del sistema y nos adherimos a esta idea de que el capitalismo es viable y que está ahí para la eternidad o como mínimo para un larguísimo período histórico. Lo que observamos es que  la dimensión destructiva del capitalismo es mucho más importante con respecto al brevísimo momento en el que el capitalismo representó un progreso o e inicio del progreso en las sociedades humanas.

 

 

Si tuviéramos tiempo podríamos citar todos los problemas descubiertos por los ecologistas, y otros. Todos insisten, nos llaman la atención sobre esta dimensión destructiva del capitalismo, y solo podemos evitar esto si efectivamente, de hecho, las luchas en los países del norte y en los del sur logran converger hacia objetivos comunes que permitan iniciar esta salida del capitalismo.

 


PREGUNTA

Sobre el desarrollo económico de China:


La principal característica de la clase dirigente china es que es de naturaleza capitalista, pero no basta decir eso, no basta con decir que es capitalismo y por lo tanto estoy en contra y ya esta, porque el desarrollo, un desarrollo capitalista eventual en un país cualquiera de la periferia, un desarrollo del capitalismo según el modelo occidental, es imposible. No por razones de especificidad cultural, sino porque el modelo occidental del desarrollo del capitalismo asociado con la acumulación por desposesión, solo fue posible gracias a la enorme válvula de escape de la emigración masiva. En 1500 la población europea representaba el 18% de la población mundial y en 1900 la población europea y los descendientes de los europeos en las Américas representan ya el 36% de la población del planeta. Es decir, que la acumulación por desposesión solo fue posible porque hubo esta enorme posibilidad de exportación a través de la emigración. Hoy en día, el mismo modelo para Asia y para África implicaría la existencia de cuatro, cinco o seis Américas si quisiéramos hacer lo mismo. No son 30.000 marroquíes más en España que responden a la pregunta. Sería una inmigración gigantesca, y esa posibilidad está cerrada, como todos sabemos. Y por lo tanto, la vía del capitalismo esta objetivamente cerrada. Es una vía sin salida. Incluso si hablamos de China.

 

Pese a la opción capitalista de china, veo dos aspectos importantes positivos que permiten aventurar que la fase actual no es una fase definitiva. El primer punto es que China decidió hasta ahora, opto por un modelo de desarrollo fundado en garantizar, en respetar hasta el día de hoy el derecho de acceso al suelo por parte de los campesinos. Es decir, es un modelo que no se basa en la desposesión masiva. Solo hay dos países en el mundo que hayan respetado este principio fundamental que no está dentro de la lógica del capitalismo histórico; son China y Vietnam. En Cuba fueron condiciones históricas muy diferentes. Mientras el modelo Chino y Vietnamita sigan basados en la garantía del acceso al suelo, en unas condiciones lo más igualitarias posibles, mientras más se respete ese principio, las posibilidades,  el potencial de transformación del sistema en una dirección que pueda ir más allá del capitalismo, sigue siendo posible.

 

 

La segunda razón que hace que sea optimista en cuanto a las posibilidades de revolución de China, es que el éxito de la inserción de China en la globalización capitalista, en la segunda época de bonanza de 1990 a 2008, este éxito en la globalización capitalista, con el desarrollo de esta crisis, este modelo se ha vuelto no duradero, no sostenible. La clase dirigente de China es consiente de ello. Como prueba, desde 2002 empezaron a corregir, a rectificar esta prioridad  absoluta que dieron en los años 90 a su inserción en la mundialización capitalista priorizando exportaciones y ahora están cambiando las prioridades y están priorizando el mercado interno. Por lo tanto, la combinación de estos dos elementos no sea absurdo pensar en una orientación de china  que sin llega a ser l construcción del socialismo, se por lo menos el inicio de la salida del capitalismo.

 

 

Si tuviéramos tiempo hablaría de la tercera dimensión que es la cooperación Sur-Sur, tanto en sus formas interiores, como vemos en America Latina con el ALCA y la cooperación entre China, los demás países emergentes, y la que esta ateniendo lugar entre los países de los continentes asiático, australiano o latinoamericanos.